La paranoia

Ayer, un grupo de ciudadanos decidió ir a protestar a las puertas del palacio siglo XXI de Zaragoza. Portaban banderas constitucionales y entre ellos, qué duda cabe, hubo algún descerebrado que arrojo una botella de agua a la presidenta del parlamento de Aragón, acción que merece una condena total.

Los medios de comunicación no dudaron en calificar a todos los que protestaban, no solo al lanzador de botellas, de ultras o miembros de la extrema derecha.

Si lo eran, fachas, o no, no lo puedo saber.

No tengo la suerte, o la desgracia, de conocer a todo el mundo y mucho menos a los maños protestones. Pero sí que me resulta un tanto chocante que los manifestantes lo hicieran, como he indicado arriba, con banderas constitucionales y no con la bandera del pollo u otros símbolos franquistas o fascistas al uso.

Pero fascistas son. ¿Por qué? ¿Cómo lo sabe quien escribió la noticia? ¿Hay nota de la policía al respecto? Me gustaría que se aclarara este aspecto.

Pero si ayer los fascistas eran los que se manifestaban a las puertas de la fiesta de iglesias, hoy lo son los que osan criticar a la cadena de televisión “La Sexta”.

Ferreras lo ha afirmado sin cortarse un pelo.

Segun el, afirmar –quizás de manera equivocada- que la sexta es una cadena televisiva con una línea de izquierdas, es ser un fascista. Queda Claro.

Todos sabemos que eso no es así y que y que él, Ferreras, es un periodista independiente. –y los cerdos volaban alto… muy alto, que los he visto en una portada de un disco de Pink Floyd-…

España es un país muy curioso.

Más de 11 millones de votantes lo hacen bien a un partido de derechas o a un partido liberal – centrista.

Votar a los populares, es de fascistas -aparte de gilipollas, aparentemente-. Votar a ciudadanos es de fascistas –Solo lo hacen los enemigos del proletariado-.

Tomar partido contra el referéndum catalán –vulgo charlotada- es de fascistas igual que lo es hablar con sentido común sobre ciertos temas -hablar con sentido común no implica necesariamente estar en lo cierto, sino plantear dudas sobre ciertos discursos-.

Y no digo nada si se te ocurre dar vivas a la Guardia Civil -estamento más valorado por los españoles según las encuestas- Fascista irrecuperable.

Pensar que el ejército es el garante de la constitución, de la integridad territorial y de la democracia no solo es de fascistas, sino que es de “cuñados” de Franco.

Es decir que España es un país donde, aparentemente, hay millones de fascistas y éstos, los fascistas, están por todas partes. Ah y lo que es peor, encima ganan elecciones.

Claro que hay otra posible explicación que entra de lleno en el campo de la psiquiatría; España está sufriendo una auténtica epidemia de paranoia que, curiosamente, afecta principalmente a dos sectores de la ciudadanía: los que se sitúan, políticamente hablando, en la izquierda del espectro político, y los que sueñan con repúblicas independientes de corte bananero.

Sr. Ferreras, por su propio bien, vaya a visitar al psiquiatra por si acaso. Hagalo antes de que el problema vaya a más, que esas cosas son peligrosas.

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